La caída de la actividad, el incremento de las tasas de interés, el elevado costo argentino, la competencia que genera la importación y los problemas de producción en distintos puntos del país precedieron la celebración del Día de la Industria. En ese contexto, la Unión Industrial Argentina (UIA) eligió Córdoba como sede del coloquio en el que se analizó la situación del sector, donde además se presentó el “Decálogo del nuevo contrato productivo” que sienta las bases propuestas para lograr un desarrollo federal. Ese decálogo fue entregado por el presidente de la UIA, Martín Rappallini, al jefe de Gabinete, Guillermo Francos.

El documento gira en torno de la Institucionalidad y la relación público-privada; el orden macroeconómico; la competitividad sistémica; la exportación e inserción internacional; el desarrollo federal, equilibrado e integrado; la modernización laboral; el financiamiento productivo; la inversión en infraestructura y logística; la capacitación, innovación y tecnología y, finalmente, el compromiso con la ética y la sustentabilidad.

Luis Macario, presidente de la UIC, se encargó de abrir el coloquio en la ciudad mediterránea. Y, ante 900 asistentes, expuso que el país logró en el último año y medio avances significativos en materia económica, pero que aún resta un largo camino por recorrer. Resaltó la reducción de la inflación, el equilibrio fiscal, el superávit comercial y una baja en el riesgo país. Señaló además la normalización parcial del mercado cambiario, mejoras en la legislación laboral y simplificación de trámites burocráticos, lo que, según dijo, “muestra que la macro entró en una instancia de racionalidad”. Sin embargo, advirtió que aún resta un largo camino y que sostener el equilibrio fiscal por un tiempo prolongado exigirá altas dosis de sacrificio.

Día de la Industria: la UIA presentó el "Contrato Productivo" en Córdoba

Macario subrayó la necesidad de encarar de inmediato una reforma tributaria que alivie a quienes producen, ya que la actual estructura castiga a los generadores de empleo y desalienta la formalidad. También reclamó adaptar la ley laboral a los nuevos tiempos y facilitar el acceso al crédito productivo con tasas de interés razonables en un contexto de inflación más baja. “Cada peso invertido en la industria se multiplica en empleo, innovación y desarrollo. Ninguna reforma será viable si no cuenta con un amplio consenso social, político y productivo”, remarcó.

A su turno, Rappallini habló de la necesidad de mejorar la competitividad del sector fabril. Señaló que la industria argentina es un sector transable que compite en el mundo, y que las distorsiones locales se trasladan a los precios, deteriorando la capacidad de competir en igualdad de condiciones. Explicó que hoy la sociedad exige que los productos nacionales tengan la calidad y los precios de los internacionales, lo que obliga a las empresas a elevar sus estándares puertas adentro. Sin embargo, advirtió que este esfuerzo debe complementarse con políticas productivas del Estado que reduzcan el llamado “costo argentino”.

Día de la Industria: Tucumán, orgullo productivo del NOA

El titular de la central industrial reconoció que el país atraviesa un proceso de reordenamiento macroeconómico, aunque aún persisten fuertes distorsiones, niveles de tasas de interés que desalientan la inversión y una velocidad de apertura que no resolvió antes los problemas estructurales. Planteó la necesidad de discutir en serio qué significa tener una política industrial y reclamó un sistema impositivo que premie a quienes invierten, generan empleo y exportan. En ese marco, presentó un “nuevo contrato productivo” como hoja de ruta del sector.

Del Gobierno, asistió al evento el jefe de Gabinete, quien remarcó que la Argentina atraviesa un “momento bisagra” en el que se contraponen modelos: uno que llevó al país a la decadencia y otro que, aseguró, abre un nuevo horizonte. Sostuvo que en menos de dos años el Gobierno logró estabilizar la macroeconomía y que si bien persisten inestabilidades en el sector financiero, la capacidad instalada creció del 54% al 58% y distintos sectores ya están invirtiendo en el país.

En la provincia

El Día de la Industria encuentra a la actividad en Tucumán en medio de fuertes inconvenientes por la apertura a las importaciones, que golpearon la productividad de las fábricas instaladas en la provincia, especialmente de los rubros textil y de autopartes.

“Es un momento muy especial para el país. Si bien se logró cierto orden en la macroeconomía, en la microeconomía enfrentamos enormes problemas”, señaló Jorge Rocchia Ferro, presidente de la Unión Industrial de Tucumán (UIT). “El norte tiene asimetrías profundas. Sectores como el textil en indumentaria están prácticamente desapareciendo. Estamos perdiendo fábricas y empleos”, acotó. Entre los principales factores que afectan al sector, Rocchia Ferro mencionó “la mochila tributaria nacional, los costos laborales, la logística y la falta de financiamiento accesible”. Y advirtió que “no hay país que pueda desarrollarse con estas tasas, esta presión tributaria y estos costos logísticos. Y además, una apertura irrestricta de importaciones: textiles, carnes, productos metalúrgicos... es una locura”.